Lo reconozco, soy nuevo en las redes sociales, no tengo facebook y desde hace un tiempo tengo twitter. He asistido al gran torrente de información que ha habido con las revoluciones norteafricanas y también a la indignación, que he compartido, con la aprobación de la llamada Ley Sinde. Ahora asisto al nacimiento de un movimiento llamado “no les votes”. Este movimiento que parece que tiene gran aceptación por buena parte de los usuarios de las redes sociales, o por lo menos por los usuarios más dinámicos, me ha planteado una sencilla reflexión.
El movimiento “no les votes” se basa en dos premisas: la corrupción y la aprobación de la Ley Sinde. Yo me pregunto “¿qué pasa con lo demás?”. El sistema económico español es de los más injustos de Europa, con un reparto de la riqueza muy deficitario. Hemos asistido a una crisis basada en un modelo de crecimiento puramente especulativo basado en el ladrillo. Son muchos los jóvenes (más del 40%) que están en el paro, ha habido grandes recortes de derechos con la aprobación de una reforma laboral.
Otro punto importante sería que no se ha abierto un debate (bueno, quizá entre tres o cuatros ciberpopes) para marcar la líneas de pensamiento y actuación de este movimiento.
Pienso que para comenzar un movimiento para castigar a determinadas fuerzas políticas sobraban los motivos antes de la Ley Sinde. Evidentemente esta ley es muy grave en el plano de las libertades, toda movilización contra ella es legítima y cuenta con mi apoyo. Pero la verdadera libertad también está condicionada por la justicia social y la igualdad. Las políticas neoliberales han atacado las bases del Estado del bienestar y la Ley Sinde es sólo la extensión de esas políticas en la red. La defensa de la propiedad se antepone a cualquier otro derecho y el control social se fundamenta para evitar cualquier movilización.
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